Cultura checa
La República Checa, uno de los destinos turísticos más populares del Viejo Mundo, atrae a los fanáticos de los paseos por las calles medievales y a los amantes de visitar las exposiciones de museos de fama mundial. Y la cultura checa son sus antiguos castillos y puentes calados, música clásica y teatro de marionetas, deliciosa cerveza y platos locales..
La docena dorada
En la República Checa hay un número infinito de atracciones, cada una de las cuales merece la visita de un viajero curioso. Los especialistas de la UNESCO tuvieron que trabajar duro para recopilar los objetos más dignos y únicos en sus listas del Patrimonio Cultural Mundial. En Praga y otras ciudades checas, doce objetos de importancia internacional están protegidos por una organización autorizada, que incluye:
- La Basílica de San Prokop, fundada por monjes benedictinos a principios del siglo XII en la ciudad de Trebic. El estilo arquitectónico en el que está construido el templo puede describirse como una transición del románico al gótico..
- El centro histórico de Kutna Hora, cuya perla se considera legítimamente una iglesia, erigida en los siglos XIV-XV y que lleva el nombre de Santa Bárbara. El templo es la segunda catedral gótica más grande del país, y su diseñador fue el brillante arquitecto Jan Parler, cuyo padre construyó la Catedral de San Vito en Praga..
- El antiguo centro de Telc, que se convirtió en el primer monumento en el país de las listas de la UNESCO. Fundada a principios del siglo XI, la ciudad es un vívido ejemplo de la habilidad de los arquitectos medievales. Muchos estudiantes comienzan a explorar la cultura checa con una excursión a Telc.
Características nacionales
Los checos se distinguen por su especial tranquilidad, minuciosidad y disposición amistosa. Son hospitalarios y acogedores, hospitalarios y positivos. No es casualidad que en la cultura checa se le dé tanta importancia a la comunicación con familiares y amigos. Fiestas y reuniones con seres queridos: la mejor manera de celebrar un aniversario o celebrar un día festivo.
Un componente importante de tales eventos es la famosa cerveza checa. Los datos sobre la cantidad de variedades producidas varían mucho según las fuentes, pero el hecho de que cada restaurante respetuoso prepare una bebida espumosa está fuera de toda duda.
Los mejores platos de la cocina local se convierten en una agradable adición a una conversación amistosa: la cerveza se sirve con albóndigas y pretzels salados, y una razón más completa para un festín requiere cocinar pierna de cerdo o salchichas caseras. La música en vivo y el buen humor también son compañeros indispensables de estas vacaciones checas..